jueves, 26 de mayo de 2011

Falta de inspiración.


Ciertamente, inquietante, insólito e inesperado... ¿Me abandonas ahora inspiración después de días en ebullición cuando no podía plasmarte?
Caprichosa Erato y caprichosa mente mía... Escribiré, rebelde, hasta que algo germine volviendo a esa vida intelectual que tengo tan olvidada y mermada últimamente.

Dado que no soy capaz de escribir nada demasiado bueno, os dejo con mi discurso de graduación que daré hoy:

Discurso de graduación de 2º de Bachillerato. Curso 2010-2011


Estimada Directora, estimados profesores, familiares, compañeros y amigos que nos acompañan en este momento tan importante para nosotros. Muchas gracias por su presencia.
Es para mí un gran honor representar a los alumnos en este acto, por ello no quisiera que mi alocución quedara como un discurso al uso, sin contenido. Buscando esta originalidad me he puesto a pensar en qué decir, recordando una película antigua de 1989 (sí, una “peli”..., pero no se preocupen que no voy a desentrañar el final) la cual estoy segura que la habrán visto muchos de Ustedes. Se trata de “El club de los poetas muertos” de Peter Weir.
Robin Williams borda en ella el papel del profesor John Keating, que llega nuevo a dar clase de literatura al último curso, como nosotros, de un colegio bastante tradicional. Pues bien, el primer día de clase, el profesor baja con todos los alumnos al hall del colegio y les hace observar en silencio las orlas de los antiguos alumnos expuestas en la pared. En esta situación y en silencio les insiste en que reflexionen y traten de escuchar lo que dicen aquellas viejas orlas. Así, con todo el grupo de alumnos en silencio, desde atrás el profesor les susurra: “Vivid el tiempo”, “Coged las rosas mientras aún tengan color...”. “Vivid el tiempo”.
Me pregunto entonces: ¿Qué susurros llegarán a escuchar los futuros alumnos de este Instituto cuando vean ahí colgada en el hall de secretaría la orla del curso “2010-2011”?
Nuestras fotos, ya un poco amarillentas, ¿podrán decir a las futuras generaciones que nos vean que supimos aprovechar y vivir la vida?, ¿Podrán decir que supimos crecer haciéndonos hombres y mujeres?,
Apenas si teníamos 11 ó 12 años, cuando por un azar del destino cruzamos por primera vez esa puerta para matricularnos, y hoy tras 6 años estamos a punto de dar otro salto en nuestro destino. Han sido años de aprendizaje. Pero no tan sólo aprendizaje académico, sino aprendizaje vital. La forma en que nos hemos relacionado, las amistades que hemos cultivado, las experiencias que hemos compartido... nos acompañarán toda nuestra vida.
En todos estos años ha habido de todo: compañeros que no han seguido con nosotros, profesores a los que hemos perdido la pista... Hemos vivido momentos de fracasos, tragedias y tristezas, pero también de superación, esfuerzo y alegría. Pero es que no sólo se aprende de los aciertos y de los buenos momentos. Cada error nos va enseñando a ser quienes somos hoy. Cada golpe, cada persona que nos daña, cada equivocación es un gran paso adelante que nos ayuda a disfrutar aún más cada segundo de felicidad.
Quería dar las gracias por todo esto a aquellos profesores que con sus apasionadas explicaciones y su acompañamiento personal nos han transmitido su pasión por el saber. Muchas gracias por enseñarnos a pensar y a observar críticamente el entorno. Y estimada Directora en Usted queremos personalizar nuestro agradecimiento a todo el Instituto Gerardo Diego, al claustro de profesores, al personal administrativo, auxiliares, personal de limpieza. A todos muchas gracias.
Gracias a nuestros padres, madres, hermanos y familia, por su apoyo incondicional.
Gracias sobretodo a mis compañeros y ante todo a aquellos a los que hoy puedo llamar amigos.
Para concluir, lo quería hacer también con otra referencia cinematográfica. En este caso se refiere al director mexicano González Iñarritu, que ha dirigido películas como por ejemplo “Babel”. En este caso quiero fijarme en cómo arga la trama de los guiones de sus películas. No cuenta una sola historia, sino que desarrolla diversas historias que no tienen nada que ver unas con las otras, así como los personajes no se conocen de nada. En un determinado momento, casi siempre por azar, una historia se entrecruza con la otra, y esta con la otra de más allá, hasta completar un puzzle aparentemente caótico, pero que desde la distancia cobra toda la intensidad del mensaje que quiere dar el cineasta.
La película de nuestras vidas es un poco así. En principio no tenemos poco o nada que ver unos con otros, pero el paso de la vida, con su dosis de azar, y con las experiencias compartidas se va entretejiendo una urdimbre vital. Dentro de unos días compareceremos a la PAU, unos nos matricularemos de una cosa, otros de otra. Unos irán a la Universidad, otros seguirán otros caminos. Unos seguirán compartiendo su amistad, otros se olvidarán...., en fin, la vida.
Precisamente de eso se trata: de la vida, de si sabemos vivir el tiempo, de si sabemos coger las rosas mientras aún tienen color. Muchas gracias. CARPE DIEM !!!

1 comentario:

  1. Bueno, al final el discurso no quedo ni de lejos parecido a este. En realidad hubo bastante improvisación. Y es que el instituto me llamó dos horas antes para ver si lo podía cambiar de arriba a abajo por tener "mucho nivel" (que ya ves tú que nivelazo incomprensible tiene, vamos...), así que ya que estaba decía algo un poco más natural, como yo lo pensase en el momento. Aunque he de reconocer que casi leo un discurso muy a lo Larra digamos que escribí en un día de engafado.A ver si lo encuentro y os lo escribo sólo para que os riáis un ratejo!

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