lunes, 24 de enero de 2011

Mi mundo.


El otro día pensando, llegué a la conclusión de que soy quien soy por un cúmulo de casualidades y coincidencias de la vida.
En mi formación como persona han intervenido tantas personas (muchas sin saberlo,o incluso pretendiendo hundirme) que si intentase dar las gracias a todas jamás terminaría.
Somos, como diría un filósofo, contingentes y en general este hecho nos pasa desapercibido. Sin embargo fuí tan consciente en ese momento, que tuve que mirarme al espejo para comprobar que de verdad estaba aquí.
Toqué la reluciente superficie que me devolvía un reflejo en el que no me reconocía. Y,como Alicia, empecé a ver através del espejo. Personas, que como las flores de ese kafquino mundo, se emperifollan y ponen mil máscaras buscando la aceptación social sin importar si se aceptan a sí mismos. Reyes y reinas de corazones, que cortan cabezas sin compasión. Sombrereros locos que no encuentran su lugar en el mundo. Conejos que corren de auí para allá simpre atentos del maldito reloj. Orugas que desperdician su vida sin hacer nada. Miles de personajes de libro que sin embargo son más reales que el reflejo de mi espejo.

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